De
ser una serie que deslumbró al mundo con una perspectiva fresca sobre el
crimen, la obsesión y la psicología humana, You termina su recorrido en Netflix
con una quinta temporada que no solo desmerece todo lo logrado previamente,
sino que también se convierte en un claro ejemplo de cómo una narrativa que se
esfuerza demasiado en ofrecer "mensaje" puede destruir lo que
originalmente la hizo tan efectiva.
La
evolución de Joe Goldberg, que antes nos mantenía al borde de la butaca ahora
nos deja indiferentes ya que mientras la serie se pierde en giros forzados,
personajes mal escritos y un final que parece más una bofetada que una
conclusión épica. You pasó de ser un thriller psicológico cautivador a un
panfleto feminista lleno de incoherencias donde lo único que nos queda es el
eco de lo que alguna vez fue una de las historias más intrigantes de la
televisión.
La
historia de You se centra en Joe Goldberg (Penn Badgley), un hombre
inteligente, manipulador y peligroso que trabaja como librero en Nueva York (y
más tarde en Los Ángeles) pero cuando conoce a Guinevere Beck (Elizabeth Lail),
una joven escritora con la que desarrolla una obsesiva fascinación por ella, a
medida que avanza la serie, Joe recurre a métodos extremos para acercarse a
Beck y lo que parece ser una historia de amor comienza a convertirse en una
historia macabra de control, acoso y asesinato.
Lo
interesante de la serie es cómo presenta a Joe como un narrador confable, lo
que permite que los espectadores se adentren en su mente ya que el personaje constantemente
justifica sus acciones como actos de amor, lo que crea una desconexión entre lo
que él ve como romántico y lo que realmente está haciendo al mostrar una
distorsión de la moralidad.
Las
primeras tres temporadas de You son sin duda el alma de la serie pues es allí
donde se construye la magia de lo impredecible y lo aterradoramente humano ya
que lo que parecía una simple historia sobre un hombre obsesionado con sus
objetos de deseo, pronto se transformó en un análisis profundo de las
complejidades de la mente humana, de cómo las pasiones pueden desbordarse,
llevarnos al caos y de cómo alguien tan aparentemente encantador puede ser
capaz de los actos más horrendos.
La
trama inicial que nos presenta a Joe Goldberg como un hombre aparentemente
normal que se convierte en un peligroso obsesivo, enganchó a la audiencia con
su hábil manipulación de los eventos a su alrededor, además, Penn Badgley, con
una actuación espectacular que oscila entre la ternura y la malevolencia, logra
humanizar al personaje sin nunca perder la capacidad de incomodarnos con su
visión distorsionada del amor y la moralidad, su capacidad para ser tan carismático
como perturbador le otorgó a Joe una complejidad que pocos protagonistas en la
televisión logran.

Además,
lo que realmente elevó la serie en sus primeras temporadas fue el guion que se
tejió con precisión para explorar las obsesiones de Joe y las de los demás
personajes, en donde cada giro, movimiento y conversación era un baile
psicológico que mantenía al público atrapado, a la espera del siguiente paso en
la peligrosa mente de Joe. Las situaciones extremas en las que se ve envuelto
eran un reflejo de cómo la sociedad y los entornos de estas personas pueden
amplificar su patología.
Luego,
la introducción de Love Quinn (Victoria Pedretti) en la segunda temporada elevó
aún más el nivel de la serie ya que Love se presentó como una contraparte formidable
de Joe que mostraba las mismas tendencias peligrosas pero de una manera menos
obvia, además, la química entre Pedretti y Badgley fue perfecta, creando una
dinámica cargada de tensión y de complejidad emocional, convirtiéndola en una
de las mejores relaciones de la serie.
Si
Joe fue una amenaza con su manipulación, Love demostró ser aún más peligrosa,
lo que consolidó a este personaje como el mejor secundario de toda la historia
de You gracias a que Pedretti, con su capacidad para pasar de la dulzura a la
violencia en un abrir y cerrar de ojos construye una Love que no solo
rivalizaba con Joe, sino que también le daba una dimensión completamente nueva
a la serie.
A
medida que la serie avanzaba hacia la tercera temporada, You se consolidó como
una de las mejores narrativas de suspenso psicológico en la televisión con
giros inteligentes que mantenían la tensión al máximo, la llegada de su hijo,
el matrimonio con Love y su vida en el suburbio parecía ofrecer una falsa
sensación de estabilidad solo para explotar en caos cuando los secretos y las
pasiones ocultas finalmente salían a la luz. Cada episodio se sentía como una
ola que subía más y más manteniendo a la audiencia pegada a la pantalla sin
saber qué esperar pero esperando siempre más.
Posteriormente,
You comenzó a torcerse en la cuarta temporada ya que decide salir de su fórmula
establecida para llevar a Joe a Londres donde se ve envuelto en una serie de
asesinatos que en lugar de ser un desarrollo orgánico, se sienten forzados. La
temporada, a pesar de sus intentos por mantener la intriga, introduce un
enfoque más superficial y menos psicológico, centrándose demasiado en giros de
trama que no se sienten bien fundamentados.
Si
bien la temporada ofrece momentos interesantes y algunos giros que en teoría podrían
haber revivido el interés en la historia, además de abordar de maravilla el trastorno
de identidad disociativa de Joe pero al final termina perdiéndose en lo
espectacular. La introducción de nuevos personajes no tuvo el impacto deseado y
algunos de ellos se sintieron más como herramientas narrativas que como seres
humanos completos. Además, el enfoque de la serie sobre la crítica social a
través de sus personajes no terminó de cuajar, lo que generó una desconexión
entre la historia original y el mundo que ahora habitaba.

El
mayor problema de la cuarta temporada fue su intento de cambiar la dinámica
establecida, la serie, que brillaba por su exploración profunda de la
psicología humana y la obsesión, se centró demasiado en el misterio superficial
de los asesinatos y la identidad del "killer" detrás de los crímenes,
restando espacio al análisis introspectivo que había cautivado al público en
las primeras temporadas, a pesar de algunos momentos intrigantes la cuarta
temporada sentó las bases para lo que sería el desastre que nos esperaba.
Y
para acabarla de amolar, todo lo que se construyó en esas cuatro temporadas, se
desmorona en la quinta parte porque lo que antes era una narrativa envolvente,
ahora se convierte en una sucesión de giros que se sienten más como concesiones
para seguir una agenda que como pasos lógicos dentro de una trama coherente. La
quinta temporada se ahoga en lo superficial, tomando los temas sociales y
políticos más actuales y transformándolos en un panfleto feminista que no
aporta nada al desarrollo del personaje o a la historia.
Estos
giros forzados, que incluyen una serie de eventos predestinados a parecer
sorpresivos pero que caen en lo predecible, dan como resultado una narrativa
que no sabe cómo hacer justicia a los dilemas y decisiones de Joe y a pesar de
lo que pudo haber sido una conclusión épica para el viaje de este personaje, la
serie no logra aprovechar al máximo el material del que dispone.
Joe
Goldberg, quien alguna vez fue un hombre lleno de matices, se convierte en una
sombra de sí mismo al ser un personaje que ya no tiene la complejidad
psicológica de antes y que se ve arrastrado por giros argumentales que no lo
benefician en absoluto, ya que la quinta temporada presenta a un Joe
debilitado, atrapado en un conjunto de situaciones que no parecen resonar con
lo que el personaje había representado anteriormente.
En
lugar de ofrecer una conclusión satisfactorio al viaje de Joe, la serie lo
retrata como un ser casi desprovisto de agencia, alguien que ya no controla ni
su destino ni su narrativa y este cambio en el personaje, lejos de profundizar
en sus defectos, lo convierte en una figura lamentable cuya caída está marcada
por una serie de decisiones que solo sirven para subrayar lo mucho que la serie
ha perdido en su último tramo.
La
última temporada de You no ofrece ningún tipo de cierre satisfactorio para Joe
ni para sus seguidores, el desenlace es anticlimático, se siente vacío y
carente de cualquier tipo de resolución emocional significativa, provocando que
la promesa de un final épico se desvanezca rápidamente, dejando en su lugar una
sensación de que lo que pudo haber sido un final cautivador, terminó siendo
solo una salida forzada para una serie que ya no sabía hacia dónde ir.
En
definitiva, You es el reflejo de un viaje vertiginoso que lamentablemente termina
en una caída estrepitosa, pese a sus errores es una buena serie que seguirá siendo
vigente en Netflix por mucho tiempo hacia las nuevas generaciones pero lo que
comenzó como una profunda exploración de la obsesión humana, manipulación y caos
interno de su protagonista, se transforma en una sombra de lo que pudo haber
sido.
Las
primeras tres temporadas con su magistral mezcla de suspenso y psicología
retorcida nos engancharon por completo, presentándonos un Joe más complejo,
cautivador y aterrador, sin embargo, a medida que la serie avanzaba se fue diluyendo
en giros innecesarios, personajes insípidos y un final que se siente como un
suspiro apagado, lejos de la explosión que debería haber sido.
La
quinta temporada no solo defrauda al espectador, sino que sacrifica todo lo que
hizo grande a la serie, perdiendo la capacidad de sorprender y emocionar, You
nos deja con la amarga sensación de que algunas historias por más tentadoras
que sean, deberían haberse quedado en su punto álgido sin extenderse más de lo
necesario.
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