
Si
hay una cara que se ha convertido en sinónimo de venganza y acción, esa es la
de Liam Neeson. Su presencia en el género es innegable y aunque sus películas
no siempre sean obras maestras, tienen un sello distintivo, nunca fallan en
entretener. Implacable no es la excepción pero tampoco es la típica historia de
persecuciones y balas que lo han hecho famoso, ya que en esta ocasión, el filme
se adentra en un thriller con matices trágico, donde la verdadera batalla no es
solo contra enemigos visibles, sino contra el paso del tiempo, la fragilidad de
la mente y los pecados del pasado.

La
historia va de la siguiente manera. Después de décadas sirviendo a la mafia, un
veterano gangster (Liam Neeson) enfrenta una batalla que no puede ganar, ósea, su
propia mente. Al descubrir que su memoria comienza a desvanecerse, entiende que
el tiempo para corregir su pasado se le agota y decidido a reconciliarse con su
hija para borrar las cicatrices de su vida criminal, se embarca en un último
intento de redención pero en el bajo mundo, nadie escapa sin pagar un precio y
ahora, con su mente traicionándolo y la organización a la que sirvió por más de
20 años pisándole los talones, deberá decidir si aún le queda lo suficiente
para pelear o si ya es demasiado tarde.
Desde
sus primeros minutos, la película deja claro que no estamos ante una descarga
de adrenalina inmediata, a diferencia de muchas de sus cintas previas, aquí el
ritmo es más pausado, tomándose su tiempo para desarrollar a su protagonista.
Neeson interpreta a un hombre diagnosticado con Alzheimer, un papel que nos recuerda
a Memory de Martin Campbell pero con una diferencia clave, esta vez su
condición no es un simple recurso narrativo, sino el eje central de su arco. La
pérdida de recuerdos no solo afecta su capacidad para enfrentar a sus enemigos,
también lo convierte en un personaje más vulnerable, atrapado entre lo que fue
y lo que inevitablemente está dejando de ser.

El
guion, aunque se permite algunos giros predecibles, logra construir un
conflicto interno sólido, la desesperación del protagonista por aferrarse a su
identidad y buscar redención es el verdadero motor de la historia, ya que no se
trata solo de sobrevivir, sino de encontrar sentido en medio de un caos donde
la memoria es un campo de batalla. Es en estos momentos donde la actuación de
Liam Neeson brilla, alejándose un poco del arquetipo de héroe implacable para
mostrar un hombre que se desmorona poco a poco, tanto física como
emocionalmente.
En
cuanto a su propuesta cinematográfica, la película tiene un balance peculiar.
Como thriller funciona gracias a su tensión bien manejada y una atmósfera que
refuerza la sensación de urgencia y deterioro mental del protagonista pero como
película de acción, deja algo que desear. Las secuencias de combate y tiroteos
están bien coreografiadas pero son escasas, lo que puede dejar con ganas de más
a quienes esperaban un espectáculo más dinámico, no obstante, el tercer acto se
encarga de compensar esta falta de intensidad inicial, ofreciendo un cierre que
eleva la película y le otorga un peso dramático mucho mayor.
Visualmente,
la cinta opta por una fotografía funcional que no busca destacar con grandes
alardes estéticos, sino reforzar la crudeza de la historia, los colores fríos y
la iluminación tenue acompañan la sensación de deterioro mental y de un mundo
que se va desmoronando junto con su protagonista, en donde las actuaciones del
elenco cumplen su papel pero sin duda es Neeson quien carga con todo el peso
emocional del filme porque su
interpretación no solo mantiene la rudeza que lo caracteriza, también
añade matices de fragilidad y resignación, algo que pocas veces se ha visto en
sus personajes más icónicos.
En
definitiva, Implacable es un thriller con momentos sólidos y una interpretación
destacable de Liam Neeson pero que no logra trascender lo suficiente como para
dejar una huella imborrable. Su propuesta es interesante, su historia tiene
elementos atractivos y su protagonista logra sostenerla pero la falta de mayor
impacto narrativo y de acción más contundente hace que se quede a medio camino
entre lo memorable y lo pasajero. Irónicamente, tal como su protagonista, la
película lucha por no ser olvidada pero es algo que difícilmente logrará.
Calificación 7/10
Comentarios
Publicar un comentario