
Hay
regresos que emocionan y otros que sacuden hasta los huesos, lo de A Day To
Remember con Big Ole Vol. 1 es lo segundo pero con la intensidad de una
tormenta que arrasa con todo a su paso. No es solo un lanzamiento más, es un
renacimiento ya que después de años de incertidumbre sobre el rumbo de la
banda, este disco llega como un rugido feroz y un mensaje claro de que su mejor
versión nunca estuvo perdida, solo estaba esperando el momento adecuado para despertar.
Porque
si algo deja claro Big Ole Vol. 1 es que A Day To Remember sigue siendo una
fuerza imparable, capaz de sacudir bocinas, encender mosh pits y tocar fibras
emocionales con la misma facilidad. Aquí no hay medias tintas ni fórmulas
desgastadas, sino un álbum que captura la esencia más pura de la banda donde la
agresividad y la melodía conviven en perfecta armonía. Es un trabajo que se
siente crudo y catártico pero también cuidadosamente construido al ser un
balance entre la nostalgia de sus años dorados y la madurez de una banda que ha
aprendido de sus tropiezos.
Hubo
un tiempo en el que A Day To Remember parecía haber perdido el rumbo cuando
lanzaron You're Welcome, ya que muchos fans sintieron que algo se habían
diluido en el camino al apostar por un sonido más accesible, con una producción
pulida y vibras poperas que si bien ayudaron a expandir su audiencia, también
dejaron en el aire una pregunta incómoda, ¿habían dejado atrás la esencia que
los convirtió en una de las bandas más queridas del metalcore y el punk rock?
You're
Welcome sembró muchas dudas pero Big Ole Vol. 1 las entierra con fuerza ya que
este disco es un puñetazo sobre la mesa, una declaración de que todavía tienen
fuego en las venas y que su legado sigue intacto. Es el material que Bad
Vibrations merecía como continuación, un equilibrio perfecto entre agresividad
y melodía pero siempre bajo el paraguas del rock más puro.
Aquí
no hay intentos forzados de sonar comerciales ni de seguir tendencias
pasajeras, lo que hay es un dominio absoluto de su sonido característico con
una ejecución quirúrgica de lo que mejor saben hacer, riffs aplastantes,
breakdowns demoledores, estribillos diseñados para volarte la cabeza y varias
pero varias secciones de voces guturales que nos hacen sentir como si estuviéramos
en la preparatoria.
Desde
el arranque, Make It Make Sense, Feedback y Bad Blood establecen el tono al
ofrecer una tormenta de guitarras con afinaciones bajas que golpean como un
mazo, acompañadas por la voz de Jeremy McKinnon quien demuestra que su rango
vocal sigue siendo uno de los más versátiles y poderosos del género ya que cada
grito de él es un latigazo y cada melodía un anzuelo que se clava en la
memoria.
Pero
no todo es furia descontrolada porque tracks como To The Death, Same Team,
Silence y Miracle elevan la intensidad al máximo con coros que se sienten como
himnos de guerra, diseñados para ser coreados a todo pulmón en un concierto
lleno de energía y sudor. Estas canciones encapsulan a la perfección lo que hace
especial a A Day To Remember ya que ofrecen la capacidad de mezclar agresividad
con melodías pegajosas sin que ninguna de las dos cosas pierda impacto.
Lo
que hace que Big Ole Vol. 1 sea tan efectivo además de su brutalidad es su
capacidad de balancear la agresión con la emoción porque justo cuando el álbum
te tiene al borde del colapso con su intensidad, aparecen piezas como Die For
Me, All My Friends, Flowers, LeBron y Closer Than You Think, recordándonos que
A Day To Remember nunca ha sido solo una banda de breakdowns y gritos
desgarradores.
Estas
baladas no solo funcionan como un respiro dentro del caos, sino que son un
recordatorio de la otra cara de la banda, osea, la que sabe tocar el corazón
con letras introspectivas y arreglos que destilan emoción genuina. Son esos
momentos en los que el contraste entre lo pesado y lo melódico se siente más
real que nunca, e donde la vulnerabilidad se convierte en un arma igual de
poderosa que un riff demoledor.
Y
eso es lo que distingue a A Day To Remember del resto, pocas bandas pueden
moverte de un lado a otro del espectro emocional con tanta facilidad y Big Ole
Vol. 1 lo logra con maestría porque por un momento estás apretando los puños,
listo para romper todo a tu alrededor pero al siguiente te encuentras perdido
en una melodía que te hace cerrar los ojos y sonreír.
A
nivel técnico, la producción es impecable ya que cada instrumento tiene su
espacio, cada riff se siente masivo y la mezcla es lo suficientemente dinámica
como para que la potencia no opaque los momentos más melódicos. Se nota el
cuidado en cada detalle, la batería retumba con fuerza, el bajo añade un peso
demoledor, las guitarras son tan nítidas como aplastantes y Jeremy McKinnon
demuestra que su voz sigue evolucionando, explorando matices que lo hacen sonar
más versátil que nunca.
Honestamente
este no es un disco hecho a la ligera, es un álbum redondo, sólido y lo más importante,
auténtico porque simplemente no busca satisfacer a todos ni reinventar la
rueda, sino perfeccionar lo que siempre han hecho mejor.
En
un año donde el rock ha tenido lanzamientos destacados, Big Ole Vol. 1 se alza
como uno de los mejores por la calidad de sus canciones y lo que representa al
ser el regreso triunfal de una banda que parecía haber extraviado su esencia
pero que ahora demuestra que sigue más viva que nunca.
Además, Big Ole Vol 1 es un recordatorio de por qué nos enamoramos de A Day To Remember en
primer lugar, siendo así un regalo para los fans que esperaban con ansias su vuelta
al sonido que los definió y al mismo tiempo, una obra lo suficientemente
potente como para atraer a nuevos oyentes, por ende, si estabas esperando el álbum que
reivindicara a A Day To Remember, este es el momento porque han vuelto y con todo.
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