Novocaine: Una inyección letal de adrenalina y acción sin limites

El cine de acción llevaba un tiempo pidiendo a gritos algo nuevo, que sacudiera la fórmula establecida y rompiera las normas para ofrecernos algo realmente fresco. Novocaine no solo responde a esa llamada, sino que la eleva a un nivel completamente inesperado ya que es una de las películas más emocionantes del año por su enfoque audaz, original y porque se siente como una dosis de adrenalina pura que va directo al corazón de los extrovertidos en un mundo que muchas veces prefiere lo contenido y callado.

La historia, que parece sacada de un cómic va de la siguiente manera, Nathan Caine, un hombre introvertido, tranquilo y sereno (Jack Quaid) cuya vida es tan discreta como su propio carácter, se da cuenta que su vida cambia cuando Cherry, quien es su crush (Amber Midthunder), es secuestrada durante un violento atraco a un banco, haciendo que lo que parecía ser solo un día más en su existencia, se convierta en una carrera contra el tiempo donde el, nacido con un trastorno genético que lo hace inmune al dolor físico, descubre que su "rareza" es en realidad, su mayor ventaja.

Despojado de su pasividad habitual, se lanza a una peligrosa misión para salvar a la mujer que ama, enfrentándose a criminales despiadados y sumergiéndose en una espiral de caos, a lo largo del camino, sufrirá golpes que harían caer a cualquier otro pero él, incansable y temerario, no sentirá nada ya que tiene solo un objetivo y es salvar a la chica de la cual está completamente enamorado.

Sin duda alguna Novocaine no tiene la más mínima intención de seguir las convenciones porque desde el inicio se convierte en un torbellino de acción, una amalgama de violencia estilizada y comedia negra que recuerda a la intensidad de Kick Ass y la crudeza de Nobody pero con un giro tan único que la convierte en algo completamente nuevo.

La película no tiene miedo de saltarse las reglas y esto se siente en cada fotograma ya que el ritmo es frenético, las peleas están llenas de una brutalidad que no pide disculpas y los tiroteos parecen sacados de una pesadilla en la que las leyes de la física y la lógica quedan en segundo plano. Todo está calculado con una precisión casi quirúrgica y en cada escena hay una sensación de que si algo tiene que explotar, se va a explotar con estilo, clase y sin perder nunca la autenticidad que la caracteriza.

Pero lo que realmente le da carácter a Novocaine es su guion porque aquí, el cine no solo busca entretenerte, sino que se divierte contigo. Los diálogos son afilados como cuchillos y  con un ritmo que nunca se detiene, los cuales están cargados de humor negro que encajan a la perfección con la atmósfera caótica que la película construye a lo largo de su desarrollo. No hay tiempo para pausas innecesarias ni para explicaciones que nos saquen de la acción ya que cada línea tiene peso y cada palabra está pensada para hacerte reír, pensar o incluso asustarte. 

Los giros argumentales están perfectamente colocados en el momento preciso, aumentando la tensión y haciendo que la película nunca caiga en una zona de confort y lo que empieza como una película de acción pura y sin escrúpulos, se va transformando poco a poco en una locura de entretenimiento que escala hasta un tercer acto que es absolutamente colosal.

Aquí, Novocaine no solo cumple con las expectativas, las supera al demuestrar su verdadero poder, dejando al espectador boquiabierto con un desenlace explosivo que más allá de las explosiones y la violencia, transmite un mensaje de estilo y creatividad que pocos logran alcanzar en estos días.

A nivel técnico es una maravilla, desde la dirección cinematográfica hasta el montaje, todo está pensado para mantener la intensidad en su punto más alto sin perder nunca el control, además, el ritmo frenético del montaje es acompañado de una fotografía que sabe cuándo ensuciarse y cuándo lucirse con un estilo visual que captura cada momento con una brutalidad estética que es pura poesía. 

La secuencias de acción están filmadas de una manera que cada golpe, disparo y choque se sienta visceral como si el espectador estuviera allí mismo, sintiendo la violencia en su propio cuerpo, luego, el soundtrack, lejos de ser solo un acompañamiento se convierte en una extensión de la película, elevando cada escena y coreografía con una dosis perfecta de energía que te mantiene en vilo ya que la música se escucha y vive.

Y si el estilo visual y la acción son impresionantes, el elenco es la cereza sobre el pastel, Jack Quaid, en un papel que es una mezcla de vulnerabilidad y pura fuerza demuestra que está listo para ser una estrella hollywoodense, su personaje, que empieza siendo un hombre común e introvertido se transforma en alguien que desafía los límites de lo que pensábamos posible en el género.

Quaid es auténtico, tiene una presencia sólida y sabe cómo equilibrar el drama con la acción de manera perfecta pero sin lugar a dudas, quien a veces se roba la película es Ray Nicholson porque su interpretación como villano es tan magnética como aterradora, su presencia en pantalla no solo te mantiene en alerta, sino que en cada escena en la que aparece su aura se vuelve intensa y electrizante, provocando que Nicholson tenga éxito en encarnar a un antagonista malvado, fascinante e imposible de ignorar.

En definitiva, Novocaine es una experiencia visceral, violenta, sangrienta, cómica, brutal pero sobre todo, completamente creativa que lleva la acción a un lugar que no sabías que querías visitar pero que cuando lo haces, nunca quieres salir. Cada centavo invertido en ella se siente bien gastado y al final te deja con la sensación de que lo que acabas de ver es solo el principio ya que este producto es un golpe directo al sistema nervioso del cine de acción que tienes que ver obligatoriamente.


 

 

Calificación 9/10

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