The Terminal List: La venganza como un eco que nunca se apaga

 

Hay series de acción, thrillers psicológicos y luego está The Terminal List, una obra que no encaja en una sola categoría porque se siente como un golpe seco en el pecho y un grito de rabia contenido por demasiado tiempo. No es simplemente la historia de un hombre con una lista de nombres por borrar, sino una espiral de traición, venganza y paranoia que convierte cada episodio en un recordatorio de que la guerra termina cuando el último hombre en pie decide que ha cobrado todas sus deudas.

Amazon Prime nos entrega un relato tan crudo como envolvente, una odisea de violencia, honor y desesperación donde la verdad es un enemigo tan letal como las balas ya que The Terminal List es una experiencia visceral que arrastra al espectador a la mente de un hombre al que le arrebataron todo y que en su camino de regreso solo deja cenizas, haciendo que su protagonista busque justicia a su manera y si para alcanzarla debe convertirse en un monstruo así lo hará.

La historia se centra en James Reece, un SEAL de la Marina de los EE.UU y soldado de élite entrenado para el combate que fracasa en su última misión debido a que su equipo es emboscado y aniquilado, siendo así él único que regresa con vida pero algo no cuadra. Sus recuerdos son borrosos, las versiones oficiales no tienen sentido y las respuestas que le dan están tan llenas de agujeros como su conciencia ya que mientras intenta juntar las piezas, la realidad se tuerce a su alrededor, las personas en las que confiaba comienzan a desaparecer y los que lo rodean mueren de forma sospechosa.

Cuando el enemigo golpea demasiado fuerte solo quedan dos opciones, someterse o devolver el golpe con el doble de fuerza, James Reece elige lo segundo y con su instinto de supervivencia como única brújula y su rabia como combustible, inicia una cacería despiadada contra aquellos que lo traicionaron, su lista es corta pero la sentencia es definitiva porque no hay segundas oportunidades, no hay negociaciones, no hay tregua ya que cada nombre es un recordatorio de que la venganza es un deber.

Desde su primera escena The Terminal List deja en claro que no será una historia cómoda ya que no hay héroes impecables ni villanos caricaturescos, aquí, la moral se diluye en la niebla del combate y la justicia es una ilusión que solo los ingenuos creen real, además, James Reece no es un caballero con una espada brillante, es un soldado con un fusil y un propósito en donde su furia es metódica y su actuación es de precisión quirúrgica. La serie nos sumerge en su mente fragmentada, paranoia creciente y desesperación por aferrarse a una realidad que se tambalea. ¿Está viendo la verdad o su propio trauma le está jugando una trampa?

Chris Pratt, conocido por su carisma y sus papeles más ligeros se transforma en un ser completamente distinto ya que su interpretación es un despliegue de contención y brutalidad al ser un personaje que habla más con la mirada que con las palabras. Se mueve como un depredador herido, con el peso del mundo sobre los hombros y la muerte reflejada en cada uno de sus gestos, haciendo que su actuación sea sorprendente, que destroza cualquier expectativa previa y que demuestra que Pratt puede liderar franquicias sumergirse en la oscuridad más absoluta para salir fortalecido.

El apartado visual es igual de contundente ya que la serie adopta un estilo crudo y sin artificios donde la acción es una extensión de la narrativa, aquí los disparos duelen, las peleas son sucias, desesperadas y la sangre no es un adorno, sino la consecuencia inevitable de cada decisión. Luego, la fotografía refuerza la sensación de asfixia con una paleta de colores que se mueve entre la frialdad metálica y los tonos áridos de una guerra que nunca terminó, sin olvidar que cada plano está diseñado para sumergir al espectador en la misma tensión que consume a su protagonista.

Pero lo que realmente eleva a The Terminal List es su atmósfera de paranoia absoluta ya que la historia juega constantemente con la percepción, haciendo que el espectador dude de lo que ve y de lo que cree saber. Al igual que Reece, nos encontramos atrapados en un laberinto de medias verdades, manipulaciones y giros que nos obligan a cuestionarlo todo, haciendo que el producto introduzca elementos psicológicos que la acercan más a una pesadilla en la que la línea entre víctima y verdugo se vuelve cada vez más delgada.

La narrativa no es complaciente, no busca justificar a su protagonista ni hacerlo más digerible para el público porque James Reece es un hombre roto que ha convertido su sufrimiento en un arma, además, no hay finales felices, solo consecuencias ya que cada acción tiene un peso, cada muerte deja una marca y cada paso que da lo aleja un poco más del hombre que solía ser.

Y cuando los créditos finales aparecen no hay alivio, solo una sensación de vacío, de inquietud y de haber sido testigos de algo que trasciende la ficción. Dicho esto The Terminal List es un eco de furia que resuena mucho después de que el último disparo ha sido hecho y un recordatorio de que la venganza es un estado del alma

En definitiva, The Terminal List es un descenso implacable a la oscuridad de un hombre al que le arrebataron todo, excepto su instinto de supervivencia ya que no hay redenciones ni finales esperanzadores, solo la crudeza de una guerra que se libra en la mente y en el campo de batalla con la misma intensidad y con un ritmo absorbente, una atmósfera asfixiante y una actuación sorprendentemente brutal de Chris Pratt, la serie nos sumerge en una espiral de paranoia y violencia donde la verdad es solo otro enemigo más.

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