Cuando
pensamos en el concepto de "normalidad", nos encontramos con un mar
de interpretaciones, dudas y perspectivas, todas tan válidas como distintas.
¿Quién define qué es normal y qué no lo es? ¿Es el conformarse a las reglas
establecidas lo que nos convierte en parte de la mayoría o es la aceptación de
nuestras diferencias lo que verdaderamente nos hace humanos?
Atypical,
la serie de Netflix que lleva a los espectadores por las experiencias de Sam
Gardner, un joven con autismo de 18 años, nos enfrenta a estas preguntas de una
forma sincera, conmovedora y con un toque de humor que hace de esta producción
algo mucho más que una simple historia sobre el autismo. Desde su estreno, ha
capturado la atención y el corazón de muchos por su habilidad para tratar temas
universales de crecimiento personal, relaciones familiares y la búsqueda de la
autenticidad.
Al
ver esta serie, uno no solo se adentra en la vida de Sam, sino que también vive
el viaje emocional de su familia que se ve desbordada por los desafíos de
acompañarlo mientras lucha por ganar independencia. A través de cuatro
temporadas, Atypical profundiza en la complejidad de las relaciones humanas,
revelando las distintas formas de amor, apoyo y frustración que una familia
puede experimentar, haciendo que la serie se convierta en un espejo donde todos
nos reflejamos de alguna forma profunda de lo que podríamos esperar.

La
historia se centra en Sam Gardner (Keir Gilchrist), un estudiante de
preparatoria de 18 años con autismo cuya visión del mundo es única, para él, su
autismo no es un "problema" que deba ser corregido, sino una parte
fundamental de su ser que le da una manera particular de ver y relacionarse con
el entorno. En busca de independencia, Sam decide dar el siguiente paso en su
vida, el cual es encontrar un lugar donde pueda tomar sus propias decisiones y
vivir por su cuenta.
Con
la ayuda de una terapeuta y sus propios esfuerzos, Sam se embarca en un viaje hacia
el autodescubrimiento que aunque lleno de desafíos, también es un viaje de
aprendizaje tanto para él como para su madre, Elsa (Jennifer Jason Leigh), su
padre, Doug (Michael Rapaport) y su hermana Casey (Brigette Lundy Paine).
Mientras Sam da pasos hacia su independencia, todos los miembros de su familia
se ven obligados a confrontar sus propias percepciones sobre lo que significa
ser "normal" y lo que realmente significa ser una familia.
Una
de las maravillas de la serie es la forma en que expande su narrativa para
incluir a todos los personajes que giran a su alrededor ya que en su esencia,
es una reflexión sobre el proceso de crecimiento personal tanto para los que
son considerados "diferentes" como para aquellos que se perciben como
"normales". A través de Sam, vemos cómo se enfrentan las pequeñas y
grandes dificultades de la vida cotidiana como el amor, las relaciones
interpersonales, la búsqueda de la independencia y la autonomía.

Pero
lo que realmente distingue a Atypical es la forma en que logra equilibrar lo
emocional y lo cómico, ofreciendo una narrativa que no cae en el melodrama ni
en la explotación sensacionalista de las circunstancias de Sam. El guion hace
un trabajo ejemplar al presentar a Sam como alguien que como todos nosotros,
está intentando encontrar su lugar en un mundo que a veces no parece hecho a
medida para él y este enfoque no solo respeta la complejidad del autismo, también
celebra la diversidad y riqueza que trae consigo.
El
escrito de verdad es una joya por cómo se niega a presentar una solución rápida
o un final feliz fácil ya que en lugar de buscar finales cerrados o soluciones
definitivas, la serie se enfoca en las pequeñas victorias y en las derrotas
silenciosas de los personajes. Las relaciones entre Sam y su familia por
ejemplo no son perfectas debido a los momentos de tensión, incomodidad y hasta
frustración.
Elsa,
la madre de Sam, lucha con la idea de permitir que el crezca y se independice
ya que ello también implica enfrentarse a la realidad de que su hijo está
dejando de depender de ella, luego, Doug, el padre, a menudo se ve atrapado
entre la necesidad de apoyar a su hijo y su propio deseo de ser comprendido, incluso
Casey, quien es la hermana, se enfrenta a sus propios dilemas sobre cómo
balancear su vida personal con las expectativas que recaen sobre ella debido a
la situación de su hermano.
Cada
uno de estos personajes tiene su propio arco emocional y la forma en que se
desarrollan a lo largo de las temporadas es una muestra de cómo Atypical aborda
el concepto de familia ya que la serie presenta a una familia imperfecta, llena
de errores, amor, resentimientos y momentos de ternura genuina en donde la
autenticidad de estas relaciones, hace que la obra resuene tanto con los
espectadores.
Lo
que también es destacable en Atypical es la forma en la que retrata las
complejidades del amor tanto romántico como familiar, el romance de Sam con
Paige, la chica con la que intenta tener una relación es uno de los aspectos
más entrañables de la serie ya que a través de su relación, Atypical nos
muestra lo que significa ser vulnerable, cometer errores, aprender de ellos y
crecer como persona, evitando caer en la trampa de idealizar o exagerar las
dificultades de Sam en el ámbito romántico.
Además,
el uso del humor es otro de sus grandes logros porque el guion logra equilibrar
las situaciones de tensión y las emociones profundas con una ligereza que
permite que la serie nunca se vuelva demasiado pesada o difícil de ver. Las
interacciones entre los personajes están llenas de bromas inteligentes,
diálogos rápidos y momentos de vulnerabilidad que resultan genuinamente
conmovedores, haciendo que el panfleto trabaje con un ritmo impecable para que
cada escena fluya de manera natural.

Y por supuesto, no podemos olvidarnos de la magnifica actuación de Keir Gilchrist, la cual es simplemente un regalo para la pantalla chica porque con una sensibilidad impresionante logra dar vida a Sam Gardner desde un lugar de profundo respeto y humanidad, evitando los clichés o caricaturas que a menudo empañan la representación del autismo en la ficción. Keir con cada gesto contenido, mirada inquisitiva o frase milimétricamente entregada construye un personaje entrañable que conmueve e ilumina, al final su trabajo no grita, no exagera, no busca el aplauso fácil y precisamente por eso brilla con una autenticidad arrolladora.
En
definitiva, Atypical es una exploración profunda sobre la familia, el amor, el conocerse a si mismo y la búsqueda de la autenticidad en un mundo que a veces no
está preparado para abrazar la diferencia. Con un guion excepcional, personajes
complejos y una mezcla perfecta de comedia y drama, la serie logra capturar la
esencia de lo que significa ser humano con sus imperfecciones, vulnerabilidades
y logros.
Si
buscas una historia que te haga reír, reflexionar y sentir empatía por los
demás, Atypical es una joyita que debes ver y lo más importante, disfrutar
porque sin lugar a dudas, es una de las series más sinceras y auténticas que
Netflix nos ha regalado y una que continuará resonando en muchos corazones por
mucho tiempo.
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