Las
adaptaciones cinematográficas de videojuegos siempre han sido un desafío ya que
mientras algunas compañías cinematográficas han logrado capturar la esencia de
su material de origen con The Last of Us, Sonic o Super Mario Bros, otras han
terminado como un simple intento de capitalizar el éxito de una franquicia sin
comprender realmente su alma y Minecraft: La Película entra en un terreno
peculiar pues no parte de una historia preexistente, sino de un mundo abierto y
libre donde la creatividad es el único límite.
Desde
el primer anuncio de la película, las expectativas eran mixtas, ¿sería una
adaptación con el mismo ingenio que The LEGO Movie utilizando el concepto del
juego como una metáfora sobre la imaginación y la construcción? ¿O sería
simplemente una aventura genérica con una capa superficial de Minecraft? Al
final el resultado se inclina más hacia la segunda opción porque Minecraft: La
Película es un blockbuster de entretenimiento familiar que no busca romper
esquemas ni reinventar la forma en que se adaptan los videojuegos.
Su
meta es simple, brindar una aventura divertida, visualmente llamativa y con
suficientes referencias al juego para satisfacer a los fans y en ese sentido
cumple, aunque no sin sacrificios, desde el punto de vista de la accesibilidad
la película acierta en no depender del conocimiento previo del videojuego, ya
que no importa si pasaste años construyendo mundos en Minecraft o si nunca
tocaste el juego en tu vida, la historia es lo suficientemente simple para que
cualquiera pueda seguirla.
Sin
embargo, más allá de su entretenimiento inmediato, es inevitable preguntarse si
esta adaptación realmente logra capturar la esencia única de Minecraft, ese
espíritu de exploración, creatividad y construcción sin límites que ha
convertido al juego en un fenómeno cultural o si simplemente utiliza su
estética como un recurso superficial para ambientar una historia convencional.
La
historia del filme se centra en lo siguiente, en un mundo donde la creatividad
es clave para la supervivencia, cuatro inadaptados se ven arrastrados a través
de un portal al enigmático Mundo Exterior, un universo cúbico donde la
imaginación dicta las reglas y sin la menor idea de cómo desenvolverse en este
entorno, deben aprender rápidamente a construir, minar y combatir mientras
buscan un camino de regreso a casa.
En
su viaje, se cruzan con un señor llamado Steve (Jack Black), quien es un
veterano de la supervivencia y maestro constructor, el cual los guiará en esta
odisea llena de peligros pero no estarán solos ya que hordas de piglins y
zombies acecharan en las sombras, listos para atacar y enfrentar estos desafíos
no solo pondrá a prueba sus habilidades, sino que también los obligará a
descubrir el verdadero poder de la creatividad y el trabajo en equipo.
Uno
de los aspectos más llamativos de la película es su estilo visual, la
transición del mundo de Minecraft al cine es interesante ya que logra capturar
la esencia cúbica y pixelada del videojuego mientras la mezcla con elementos de
acción en vivo. Aunque en ocasiones la fusión entre CGI y actores reales se
siente extraña, la película logra mantenerse dentro de un terreno visualmente
atractivo.
Los
efectos especiales que no son revolucionarios, cumplen su propósito y la
ambientación logra trasladar algunos de los escenarios más icónicos del juego
al cine con bastante fidelidad, provocando que en esa parte la película brille
más, osea, en su capacidad de hacer que el mundo de Minecraft cobre vida en
pantalla.
Sin
embargo, la película no está exenta de problemas ya que uno de los mayores inconvenientes
es su guion, que aunque funcional, resulta sumamente básico, la premisa es efectiva
en papel pero sencilla, torpe, ridícula y sin creatividad al momento de
llevarla a cabo, en donde no hay desarrollo de personajes y estos se presentan
como simples arquetipos sin evolución real, lo que hace que sus arcos
narrativos sean planos.
Emma
Myers y Danielle Brooks por ejemplo, interpretan personajes que podrían haber
tenido un peso importante en la historia pero terminan siendo relegadas a roles
secundarios sin mayor impacto esto es particularmente frustrante porque la
película introduce la idea de que cada personaje tiene algo especial que
aportar pero nunca explora realmente sus habilidades o crecimiento de manera
significativa, aunque, el enfoque en la dinámica entre Jason Momoa y Jack Black
logra sostener la historia pero sin subir de nivel.
Del
elenco, Jack Black es sin duda uno de los puntos fuertes del filme ya que su
interpretación de Steve es carismática, llena de energía y aunque el personaje
en sí no tiene un desarrollo profundo, Black logra dotarlo de una presencia
magnética, mientras que Jason Momoa adopta
un rol más relajado y cómico, mostrando una faceta diferente a sus papeles
habituales, juntos, forman un dúo entretenido que aporta algunos de los mejores
momentos de la película.
No
obstante, el humor de la película es inconsistente porque mientras que algunas
bromas funcionan bien y logran arrancar sonrisas, otras se sienten forzadas y
poco inspiradas como si el guion intentara cumplir con una cuota de chistes sin
preocuparse por la naturalidad de la comedia. Este es un problema recurrente en
adaptaciones familiares que intentan abarcar demasiadas audiencias a la vez,
los niños pueden encontrarlo divertido pero los adultos pueden notar la falta de
ingenio en ciertos momentos.

Otro
aspecto a considerar es el tono de la película ya que a pesar de sus defectos,
Minecraft: La Película logra mantener una atmósfera coherente porque no se
siente como un producto desordenado ni sin identidad, tiene claro que su
objetivo y ese es ser una aventura ligera y divertida. Sin embargo, esto
también significa que la película nunca se arriesga a hacer algo realmente
memorable, a diferencia de The LEGO Movie, que aprovechó su premisa para
reflexionar sobre la creatividad y la imaginación, Minecraft: La Película se
conforma con una historia simple de supervivencia sin profundizar más allá.
Y
ese es quizá, el mayor problema de la película, su falta de ambición, Minecraft
es un juego donde los límites los pone el jugador, es un mundo donde se puede
construir desde una cabaña hasta una réplica de ciudades enteras pero en esta
película, la creatividad se reduce a una serie de desafíos básicos que los
protagonistas deben superar sin mucho esfuerzo, haciendo que sea una
oportunidad desaprovechada donde la trama pudo haber explorado de manera más
profunda el potencial ilimitado de este universo.
En
términos de audiencia es evidente que el público objetivo son los niños, para
ellos la película funcionara al ser colorida, divertida y llena de acción pero
para aquellos que esperaban algo más, Minecraft: La Película puede sentirse
como una adaptación que juega demasiado seguro, no es basura pero tampoco es la
versión definitiva que un universo tan vasto y creativo merecía.
En
defintiva, Minecraft: La Película es un viaje divertido y visualmente atractivo
pero narrativamente limitado, se sostiene gracias a su espectacularidad técnica,
su ritmo dinámico y las destacadas actuaciones de Jack Black y Jason Momoa pero
también se ve afectada por un guion simplista que desperdicia a varios de sus
personajes, para los niños será una experiencia entretenida pero para aquellos
que esperaban algo más profundo y creativo, quedará la sensación de que la
película se limitó a picar la superficie de un universo con infinitas
posibilidades.
Como
en el propio juego, la creatividad es la clave y aunque esta adaptación no la
explota del todo, al menos logra construir una historia divertida para pasar un
buen rato entre bloques, espadas y muchas referencias.
Calificación: 7/10
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